¿De quién huimos, mamá?: un thriller de cuento de hadas

Por Orianna Paz

Hace un par de meses estrenó en Netflix la miniserie turca ¿De quién huimos mamá? (Biz Kimden Kaçiyorduk Anne?, Turquía, 2023) y desde entonces provocó un gran revuelo en varios medios y redes sociales como uno de los thrillers más adictivos del momento, pero ¿es el fenómeno que esperábamos?

La serie de siete episodios es un drama de misterio que retoma el icónico cuento de hadas “Bambi” como hilo conductor para narrar la relación codependiente entre una madre y su hija adolescente en un mundo hostil lleno de seres malignos y superficiales que no las merecen ni las comprenden y hay que decirlo, también esto se torna un poco difícil para nosotros, los espectadores.

¿De qué va? Es la historia de una madre, interpretada por Melisa Sözen, quien es ya una veterana de las series y novelas turcas, y su joven y bella hija encarnada por la debutante Eylül Tumbar. Ambas huyen de algo o alguien mientras van de hotel en hotel, dejando a su paso extraños asesinatos. En su huida, iremos descubriendo el pasado de la madre, sus secretos, miedos, traumas, los maltratos de su familia, la complejidad de un embarazo no deseado, entre otras sorpresas, algunas, bastante predecibles.

A pesar de hacer gala de una producción y fotografía del más alto nivel, con paisajes bellísimos y exóticos, así como ruinas y construcciones antiguas junto a acantilados sobre un mar de un azul impoluto que roban el aliento, capturados en locaciones de la región de Antalya en Turquía y que contribuyen a la atmósfera de intriga, aventura y tensión, la narrativa de la serie es bastante lineal, sin matices.

O todo es blanco o negro. Los personajes malos, son malísimos y la madre y la hija se nos presentan como seres puros, víctimas de los seres “superficiales”, vulgares, malignos representados a veces sí por un potencial violador, pero otras por una mujer demasiado presumida, u otra mediocre, o alguna chismosa o entrometida (como si estuvieran al mismo nivel de un abusador sexual) que como las molestan, para la madre, merecen desaparecer de la faz de la tierra en una especie de cruzada y de “limpieza” de todo lo que para ella está mal en la sociedad. Y así, la mujer va dejando cadáveres en cada hotel en el que se hospedan, pues siempre aparece alguien “no deseado” al que hay que eliminar. Por supuesto, la policía es la más ineficiente y siempre va un paso atrás de esta mujer que parece siempre salirse con la suya.

Tal vez lo más rescatable de la historia sea la construcción de la relación tan íntima, cercana, amorosa y al mismo tiempo enfermiza y tóxica entre esta madre y su hija que serán capaces de cometer cualquier crimen con tal de protegerse la una a la otra y conservar ese universo idílico de fantasía en el que viven, además del acertado uso de los flashbacks para ir revelando poco a poco las piezas del misterioso pasado de la madre.

No obstante, el comparativo de la trama con la historia reiterativa de “Bambi” es el elemento que provoca que la serie sea demasiado predecible y que nos hace anticipar un trágico final para la madre como le sucediera en el cuento de hadas a la progenitora de Bambi.

Todo ello contribuye a que aunque las actuaciones sean convincentes no se produzca una conexión profunda en términos emotivos con las protagonistas pues sus acciones resultan erráticas o poco coherentes.

¿De quién huimos mamá? es una serie entretenida, bien realizada con un guion que podría haber sido mucho más potente, que, sin embargo, sí logra atrapar al público, al menos en la adrenalina de la huida en sí misma.